Por: Marta Baselga, el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón
Marta Baselga, Ingeniera de Diseño Industrial, con un doctorado en energía Biomédica y otro en Medicina en proceso, mientras trabaja en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón). Desde que comenzó la pandemia, estudia numerosos materiales de filtración, para entender cómo filtran y qué características son las que repercuten en ese filtrado, así como materiales propios de mascarillas quirúrgicas y de tipo FFP.
Si algo caracteriza la pandemia que estamos viviendo, es la respuesta que se le ha dado por parte de todos los expertos de la comunidad científica y sanitaria. Avances en tiempo récord, soluciones para mejorar la calidad tanto de atención como en los materiales de protección son solo algunos de los hitos que hemos conseguido y que, sin duda, marcarán un antes y un después en el cómo gestionar un virus como la Covid-19.
Por mi parte, desde comienzos de la Covid-19 uní fuerzas con el Laboratorio del Fluidodinámica y Tecnologías de la Combustión (LIFTEC, centro mixto CSIC-UZ), en concreto con Santiago Jiménez. De forma conjunta, comenzamos a estudiar numerosos materiales de filtración, para entender cómo filtran y qué características son las que repercuten en ese filtrado, así como materiales propios de mascarillas quirúrgicas y de tipo FFP. Así, durante todo este año, hemos creado conocimiento a este respecto y hemos desarrollado también medios filtrantes nosotros mismos.
Ahondando más en el tema, al principio de la pandemia, cuando hubo desabastecimiento general de mascarillas en España y en muchos otros países, desarrollamos una EPI de emergencia para centros hospitalarios. En este momento, es cierto que no teníamos todo el conocimiento que teníamos ahora, pero sí que desarrollamos una EPI que podía ser construida en cualquier centro sanitario hospitalario, para intentar dotar a los médicos y a todo el personal sanitario en general de un equipo de protección. Nosotros juntamos una mascarilla de aerosolterapia con un filtro de equipos de anestesia.
Después de eso, hemos caracterizado por lo menos 50 o 60 materiales diferentes, de diversa tipología; hemos desarrollado recubrimientos para aplicar en mascarilla e inactivar el virus. Dedicarme a esto todas las horas del día durante más de un año me ha hecho aprender mucho sobre este ámbito tan importante y esencial teniendo en cuenta el momento que estamos viviendo. Por ello, ahora, estamos desarrollando propio material filtrante a partir de materiales desechados.
Uno de los principales problemas a los que los usuarios se enfrentan al comprar y utilizar una mascarilla es la falta de información sobre qué certificaciones debe tener y, en comparación, cuáles tiene, así como cuáles son los materiales necesarios para cumplir con los estándares mínimos requeridos de calidad.
En primer lugar, las mascarillas quirúrgicas son productos sanitarios, no se considera equipos de protección individual. Pueden existir otros modelos concretos, pero habitualmente están basadas en dos capas de tejido no tejido de polipropileno conocido como spundbond, que serían las capas exterior e interior, y por una capa central que sería el medio filtrante (meltblown).
Existe mucha diferencia entre los materiales de la capa externa e interna respecto a la intermedia. Las capas externa e interna funcionan como una barrera de protección para el filtro y como una capa hidrófoba que lo que va a hacer es repeler las gotas que puedan entrar en contacto con la superficie de la mascarilla, evitando que entren hacia la zona nasal y bucal, hacia la cara y que empapen el medio filtrante. Estas capas están compuestas por un entramado de fibras de polipropileno de unas 20 micras de diámetro.
Por otro lado, la capa intermedia, que es la capa filtrante, está compuesta por fibras mucho más finas que estas primeras, miden en torno a una, dos o hasta cinco micras y están entramadas de una manera muy diferente. De manera que esta capa funciona como filtro, mientras que las capas externa e interna funcionan como protección del filtro.
Al hablar de las mascarillas higiénicas, la principal diferencia que hay entre las de tipo higiénico y las de tipo quirúrgico es que las higiénicas no se consideran un producto sanitario. Ni son ni EPI, ni producto sanitario. Varían también un poco en torno a la eficiencia de filtración bacteriana que presentan unas y otras.
En el caso de las quirúrgicas, la eficiencia de filtración bacteriana es del 95 o del 98 por ciento, en función de si son de tipo I o de tipo II. En las higiénicas esta eficiencia de filtración bacteriana debe ser igual o superior al 90 por ciento en el caso de las que son de tipo reutilizable, e igual o superior al 95 por ciento para las que no reutilizables.
La mejor forma de identificarlas es principalmente por el indicativo del fabricante. Las higiénicas que son reutilizables siguen la norma UNE 0065:2020 y las no reutilizables la UNE 0064:2020. En las quirúrgicas, en la caja, se suele indicar si son de tipo I o tipo II, y se acogen a la norma UNE-EN 14683.
Así, todos los consumidores de mascarillas deben contar con la máxima información posible que, a su vez, debe ser facilitada por los fabricantes para garantizar que el proceso de compra de mascarillas se hace en plenas facultades de conocimiento sobre las características y homologaciones que tiene el producto sanitario que se está adquiriendo.